jueves, 17 de agosto de 2017

RUBIOS QUE MUSITAN CONGELADOS EN LAS MEJILLAS DE LOS ARBOLES



En un lugar de Europa/ donde todo es amarillo y azul/ donde respiran y se hinchan los arboles/ donde se comen las bayas/ donde no hay culo sucio en ningun lado


A la postre supe esto:/ que le hablan a los arboles/ que lo dicho por estos/ fue mágico y se tornó borroso/ que papá y mamá viven solos alimentando a los canarios/ pero en resumen/ que le hablan a los arboles/ susurran esos pueblos amarillos y azules/ contra las cortezas quietas/ impecables/ lejos de los arboles tristes y sucios de Balvanera


Han escuchado los maestros de la limpieza/ esas palabras de cientos de miles de años/ mas verde que lo verde/ y al darse vuelta habia una fila para hablarle a los arboles/ habia cien mil personas por cada arbol/ y por cada arbol una respuesta profunda/ de clorofila y el espanto de todas las eras/ y aquello que dijeron los arboles/ se convirtió en un lago infernal de fuego/ dentro de las cabezas vacías/ de esos hombres y mujeres/


Los hombres y mujeres se dieron vuelta y vieron a cientos de miles con los dientes blancos/


y a el árbol no le molestó para nada:/ vio las nucas, los pelos blondos en pelusilla, la llama insoportable e inquiriente/ y los arboles ni lloraron/ y los hombres y mujeres marcados tampoco lloraron/


porque esas gentes no vieron a cien mil más de su tribu/ no vieron el semen vivificante de lo podrido en la tierra y como convulsa para apretar el puño y alzarse al cielo con más fuego/ mas rabia/ mas humano/ un solo pisotón en la tierra y se conmoviera tal vez un tercio de la Tierra/


El hombre y la mujer pasó de largo a través del cuerpo ectoplasmatico de su coterraneo sin pasado y sin futuros, sucios, ellos y el tiempo que viene y que va/ pues no hay cielo ni infierno en Suecia/ solo dinero/ suecos/ arboles hermosos tapiados por un corazón/ solo uno/ hecho máquina/ donde los niños rebeldes/ taladran sus garabatos/ hasta que los callan con manteca y con vino/ con pechos perfectos y muchachos de diecisiete años con grandes penes y pelos que nunca se ensucian/


Han muerto muchos/ pero los árboles son acariciados por las mentes inquirientes y las manos de bellisimas mujeres y de hombres de glandes rojos y de caderas estrechas/ preguntando un nombre y pintando de payaso la cara/


Deliberan/ como yo lo hago/ en el fuego del infierno/ bregando por limpiar limpio sobre limpio/ mientras el hígado se esconde detrás del riñón y se pule el fémur y se acaricia al perro/ el perro mea el árbol/ el hombre azota al perro con un palo blanco/ y deja al perro muerto y negro/ y el árbol no se cae/ y lamentablemente tampoco/ los hombres y las mujeres/


Relojes, martirios, camas hipoalergenicas/ bombas cronometradas en los cubículos de las oficinas debajo de un sol oblicuo de las orgías sanitizadas/


Calibran el esperma en condones bajo supervisión del Estado/ larga vida a la cautela y al balance/ a los huesos que acunan a los niños by design/ a la calentura suicida de Buenos Aires postrada en un catre de cáncer/ lame suavemente con tus yemas el mundo inundado por las cloacas de uno/ toca suavemente el parir de nuestra lengua cajoneada.

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